Vida de San Antonio. | Vida de San Antonio 1. | Vida de San Antonio 2. | Vida de San Antonio 3. | Vida de San Antonio 4. |
Cronologia del monacato cristiano
Cronologia de los Fundadores del monaquismo cristiano (II)
San Basilio ( 329 - 379)
Contemporáneo, aunque más joven que San Atanasio, fue San Basilio de Cesarea. También Basilio jugó en el campo doctrinal junto con los otros obispos denominados Padres capadocios, a saber, su hermano San Gregorio de Nisa y su amigo San Gregorio de Nacianzo, un papel decisivo en el triunfo de la teología nicena. Pero fue su actividad en el ámbito del movimiento monástico lo que aquí queremos resaltar. San Basilio pertenecía a la aristocracia helenizada de las regiones interiores de Asia Menor que había aceptado pronto el cristianismo. Fue un hombre profundamente imbuido de la cultura clásica, estudió en Constantinopla y Atenas, pero cuando iniciaba una brillante carrera como rétor y político se sintió también profundamente atraído por el ascetismo monástico. El principal difusor de éste en el interior de Asia Menor era en esta época Eustacio de Sebaste, quien preconizaba un ascetismo extremo con marcada influencia encratista. Eustacio se había ganado a la hermana y a la madre de San Basilio y después al propio Basilio, que se hizo un ferviente seguidor suyo. Llevado del afán por conocer mejor las experiencias monacales realizó un viaje por Oriente y Egipto, donde entró en contacto con el cenobitismo pacomiano. Esta experiencia debió influir profundamente en él. Vuelto a su tierra hacia el 358, se retira a una propiedad familiar en el Ponto, donde con un grupo de seguidores, entre ellos San Gregorio Nazianceno, crea una comunidad. Pero esta experiencia de retiro ascético iba a durar poco. Hacia el 362 o 364 el obispo de Cesarea de Capadocia, Eusebio, le convenció para que se ordenara sacerdote, se convirtió en un auxiliar indispensable suyo e inició en la diócesis una enorme actividad pastoral y social. Ésta se incrementó cuando en el 370 fue elegido sucesor suyo, como obispo de Cesarea y metropolitano de Capadocia. Hasta su muerte en el 378 desplegaría una acción incansable en todos los órdenes, eclesiástico, social y político, que harán de él uno de los personajes más representativos e influyentes de su época.
San Basilio tuvo una gran influencia en la evolución de la historia del monacato antiguo, pues le dio un rumbo nuevo y una nueva concepción que lleva el sello de las experiencias fundamentales que marcaron su propia vida: el componente ascético y rigorista de Eustacio de Sebaste, el marcado contenido social y comunitario del cenobitismo pacomiano, su dominio de la filosofía y de las formas de pensamiento y de cultura griegas y su actividad pastoral como presbítero y obispo. Este conjunto de experiencias, contradictorias muchas de ellas, contribuyeron a configurar su compleja y rica personalidad como monje, obispo y hombre de acción que le llevó a intervenir de modo decisivo en todos los problemas de su tiempo (doctrinales, de política eclesiástica, sociales, políticos, etc.) y de la que nos ha dejado testimonio en su variada y amplia obra escrita (cartas, sermones, tratados teológicos y ascéticos).
El monacato en la vida y la obra de San Basilio. El obispo de Cesarea, como hemos dicho, no elaboró unas reglas monásticas al estilo de Pacomio y de lo que después hará en Occidente san Benito, pues su concepción del monacato está estrechamente fundida con su propia vida y su acción como presbítero y obispo ha quedado reflejada, no en una de sus obras, sino en toda su producción literaria, y en su propia biografía. Creemos que la enorme influencia que San Basilio ejerció en la vida de la Iglesia y la sociedad de su tiempo deriva, más que del hecho de haber sido creador de comunidades monásticas y legislador de la vida comunitaria, aunque ciertamente fue ambas cosas, de que en su persona encarne un tipo de hombre nuevo, muy distinto del "Hombre Santo" que representan los ascetas egipcios en la versión de San Antonio y de San Pacomio. Para comprender esto hay que tomar de modo global la persona y la obra de San Basilio, pues, al igual que San Pacomio y San Antonio, sólo se explican en el ámbito de la sociedad egipcia en que vivieron, Basilio es un «producto» de un medio geográfico e histórico muy diferente.
Junto a los factores que influyeron en su formación, en San Basilio se dan casi todas las características del «hombre nuevo» que encarnan las élites dirigentes del bajo Imperio en el Oriente del mismo: aristócrata y terrateniente, profundamente apegado a la vida urbana, rétor y amante de la cultura griega, pero con profundas convicciones cristianas, monje, presbítero y obispo. Hubo un hecho que creemos resultó decisivo en su vida: cuando, llevado de sus entusiasmos ascéticos, vivía retirado en lo que él consideraba una vida casi idílica en sus posesiones de Annesi, a orillas del río Iris en el Ponto, cedió a las presiones del obispo de Cesárea para ser ordenado sacerdote y compartir con él las responsabilidades del gobierno de la metrópoli. San Basilio aceptó, pero no renunció a seguir siendo monje. Hizo compatible la vida monacal con su actividad incansable al frente de la Iglesia. Este ideal nuevo de monje y hombre de acción, de asceta y de miembro de la jerarquía eclesiástica que él realizó en su vida, trató de infundirlo en su concepción del monacato que va desglosando a lo largo de sus obras literarias. Sacó a sus monjes del retiro de las montañas del Ponto y los convirtió en colaboradores activos de sus labores benéficas, asistenciales y eclesiásticas. La vida monástica se convirtió para él en una simple preparación o «noviciado» para la vida activa. Más que en una serie de peculiaridades formales respecto a los modelos cenobíticos anteriores, creemos que radica aquí el gran giro que Basilio acertó a dar al monacato y que determinó de modo decisivo el futuro de la Iglesia y de la vida monástica.
Orsieso
.
Antes de morir Pacomio nombro como su sucesor a Petronio. Pero este le sobrevivió solo dos meses, por lo tanto la dirección la asumió Orsieso. El continuo con la obra sin mayores dificultades, pero en el año 350 aproximadamente surgieron problemas dentro de la Koinonia, Orsieso nombró como su ayudante en la dirección a Teodoro.
A Orsieso se le atribuyen los escritos denominados Doctrina de institutione monachorum en la que se demuestran los elevados ideales religiosos y monásticos que lo inspiraban.
Teodoro
Como asistente de orsieso fue una persona de notables empresas, a la vez que logró poner fin a la rebelión que amenazaba con destruir en parte a la organización pacomiana. Fundó varios monasterios nuevos y murió luego de haber cogobernado durante dieciocho años.
Macario
Macario el Egipcio , también conocido como el Viejo o el Grande, ocupo un gran lugar dentro de la historia del monaquismo Egipcio. Nació en el año 300 aproximadamente en una aldea de Egipto superior, a los treinta años se retiro al desierto donde vivió sesenta años como ermitaño. Pronto se vio rodeado de discípulos y estos lo llamaban "el joven viejo" debido a su forma de pensar y actuar. Con su ejemplo se gano la confianza de mucha gente. Fue invitado muchas veces a hablar a los anacoretas de las montañas de Nitria.
Macario el alejandrino
Fue contemporáneo de Macario el egipcio, y era conocido también con el nombre del hombre de la ciudad, por el lugar de su nacimiento. Nació el egipto superior y posteriormente se estableció en el desierto de celia y destaco por su heroico ascetismo.
Evagrio pontico
Fue discípulo de los dos Macarios, y se le llama Pontico porque nació en Ibora, en el Ponto.
Se destaco por ser hábil en las discusiones contra las herejías y al marcharse al desierto de Celia entró en contacto con los dos Macarios y ahí decidió imitar el modo de vida de estos. Fue el primer monje en escribir extensas obras que ejercieron notable influencia en la historia de la piedad cristiana. De hecho es el fundador del misticismo monástico y el autor espiritual más interesante del desierto Egipcio. Los monjes de Oriente y Occidente estudiaron sus escritos como documentos clásicos y como manuales de valor incalculable.
Paladio ( 363- ¿? )
Nace probablemente en Galacia y se dirigió siendo mayor a Alejandría con el deseo de conocer a los virtuosos ascetas. A los treinta y seis años fue elegido obispo en Bitinia, pero extraño demasiado la vida en soledad y decidió partir nuevamente.
Permaneció tres años en el monte de los Olivos y luego cuatro años con los monjes Antinoe en la Tebaida.
Entre los años 419 - 420 escribió sus recuerdos es una serie de relatos dedicados a Lauso, chambelán de Teodosio II : la Historia Lausiaca. En ella describe el movimiento monástico de Egipto, Palestina, Siria y Asia Menor. Aquí combina sus recuerdos con la información que recibiera de otros en una serie de biografías. No pretende escribir una defensa del monaquismo ni vacila en dar a conocer las debilidades de los monjes.
Fue el historiador más eminente del monaquismo Egipcio y discípulo de Evagrio Póntico